DE LA MUERTE, ESA PUERTA


Una esperanza cierta
Que siempre llega
Un sueño inverosímil
Que nadie sueña
Pero que todos alcanzan

DE LA CIUDAD, ESE SUEÑO

El ruido de los carros
/los perros que gritan sin sentido/
las campanas de la iglesia
a diestra y siniestra
/los niños que ladran sin sentido/
los gritos de la gente
las aves citadinas que no callan
las luces fulgurantes
que hieren a retazos
la oscuridad de la noche
/la gente que calla sin sentido/


Esta tarde el silencio es insoportable


A la luna, una alcahueta

No tengo ganas de escribir
Pero las palabras
Se dibujan solas en el papel
Y toman forma de tu cuerpo
Y tienen sabor a tu piel/

/la calle está desnuda
ya no se viste de tus pasos/

No quiero escribir pero tus manos
Danzan sobre el lienzo en blanco
El blanco opaco de la noche nublada
La oscuridad tiene un sabor a pureza

/la calle ya no resbala tu cuerpo
el asfalto está canzado de no verte/

No tengo ganas de escribir
Pero la luna llega sola

HUELLAS


Para que tu me oigas
Mis palabras se adelgazan a veces
Como las huellas de las gaviotas en la playa
Pablo Neruda

DEL OLVIDO, ESE RECUERDO

La memoria:

No tiene ram

Pero se desconfigura

No tiene color

Pero se destiñe

No tiene tiempo

Pero se pierde

No se escribe

Pero se borra.